Ese mundo apasionante (o no) llamado Calidad
He tenido la oportunidad de hablar mucho de calidad y de calidad del software. Es lógico, porque empecé con esto en el milenio pasado, allá por el año 96. Para los que lo recordéis fue la época en la que comenzó a implantarse a saco la ISO 9001 del 94 en cualquier sector. En las tecnologías de la información se popularizó todo aquello de la ingeniería del software, las herramientas CASE, las metodologías, etc. que ya venían existiendo algún tiempo, como el mítico enfoque práctico de Roger S. Pressman, “Software Engineering”, el EasyCASE, etc., y no sé si fue mi experiencia en concreto o algo más general, el caso es que todo el legado de Deming me sacudió de golpe; el control estadístico de procesos, el PDCA (que no era suyo, si no de un tal Shewhart), etc.
Total, que a partir de un momento dado cuando comenzaba a hablar en charlas y cursos de calidad lo hacía con la siguiente frase: “la calidad es un mundo apasionante”, porque para mí era, y tengo que decir que más de 20 años después, lo sigue siendo. Pero ha sido en estas navidades del 2017, un día que quedé a desayunar con mi amigo Domingo Gaitero cuando él me hizo la siguiente reflexión: “la calidad es la cosa menos sexy del mundo para el 99% de los trabajadores y especialmente de los empresarios”.
100% de acuerdo.
Y a pesar de ello, no deja de ser importante. Lo puedes llamar calidad o como quieras llamarlo, pero hacer las cosas bien es ahora tan necesario como lo ha sido siempre. La agilidad es la moda actual; pero no hay que olvidar que no es más que un refrito del lean manufactoring de Totoya, y es que hay gente que cree que el Kanban es un invento de los scrum masters, lo mismo que el propio término “lean”. Todo eso ya estaba inventado hace 50 años. Se ha tenido que hacer un lavado de cara para que las nuevas generaciones de desarrolladores lo defiendan con la pasión propia de la juventud (divino tesoro, sí).
Calidad o hacer las cosas bien significa documentar tanto el código como un procedimiento de operación porque tienes que dar continuidad a tu negocio el día que la gente que ha creado ambas cosas se vaya de la empresa. También significa informar de los problemas y arreglarlos de forma que no vuelvan a producirse. También significa que los generales prediquen con el ejemplo para que la tropa haga lo propio. También significa describir procesos para estandarizar resultados y reducir el error humano. En fin, significa tantas cosas que es lo que hace que siga siendo ese mundo apasionante que me enganchó hace tantos años.
Un comentario final. ¿Recordáis el anuncio de Lidl? Ese que decía que la calidad no es cara. Coincido con él; la calidad no es cara; no obstante, la calidad cuesta, por supuesto que cuesta, y mucho; pero mucho más cuesta a la larga no trabajar con calidad.
La única pregunta importante que debes hacerte seas empresario o trabajador es: ¿te interesa apostar por el éxito a largo plazo o no? Y ahora se honesto y consecuente y trabaja de una forma u otra según tu respuesta.